miércoles, 9 de junio de 2010

Lo que Vemos no es lo que Parece...

Nada es lo que parece...
A veces, tomando distancia las cosas se ven de otra manera.
Hazlo con esta foto.
Alejate de la panatalla y mira la foto...
Parece que las tornas han cambiado.



Y el mes que viene un cuento, que hace tiempo que no pongo uno... Prometo que gustará...

sábado, 8 de mayo de 2010

¿Por qué... de Negro?

Hace un tiempo, un amigo mío (Hugo), me dijo que el color negro del fondo de este blog no era cómodo para la lectura. Y le dije que lo cambiaría, pero... no lo he hecho.

¿Por qué de Negro?





El hombre de Negro
Loquillo

El doctorado no me deja actualizar tanto como quisiera... buscaré huecos.

sábado, 20 de febrero de 2010

El Tamaño

Este es un fragmento del primero de los siete libros que componen "La Torre Oscura" que, algunos sabeís, llevo mucho tiempo siguiendo. El protagonista, Rolando o el pistolero, lleva todo el libro persiguiendo al hombre de negro para conocer más acerca de la Torre, su objetivo. Finalmente da con él y conversan:


La Torre Oscura I: La Hierba del Diablo


"El mayor misterio que presenta el universo no es la vida, sino el tamaño. El tamaño abarca la vida, y la Torre abarca el tamaño. El niño, que se siente a gusto con lo maravilloso, pregunta: ¿Qué hay más allá del cielo, papá? Y el padre contesta: La oscuridad del espacio. El niño: ¿Qué hay más allá del espacio? El padre: La galaxia. El niño: ¿Y más allá de la galaxia? El padre: Otra galaxia. El niño: ¿Y más allá de las demás galaxias? El padre: Nadie lo sabe.

¿Lo ves? El tamaño nos derrota. Para el pez, el lago en que vive es el universo. ¿Qué piensa el pez cuando es arrastrado por la boca más allá de los plateados límites de la existencia, hacia “un nuevo universo donde el aire lo sofoca y la luz es una demencia azul? ¿Dónde enormes bípedos sin branquias lo meten en una caja asfixiante y lo cubren de hierbas mojadas para dejarlo morir?


O podríamos tomar la punta de un lápiz y ampliarla. Llegamos así a realizar un descubrimiento que nos aturde: la punta del lápiz no es solida, sino que se compone de átomos que giran y orbitan como un trillón de planetas enloquecidos. Lo que nos parece solido no es en realidad mas que una floja red, sostenida por la gravitación. Si encogiéramos hasta el tamaño más adecuado, las distancias entre estos átomos se convertirían en leguas, golfos, eones. Y los átomos están a su vez compuestos de núcleos y protones y electrones que giran a su alrededor. Podríamos dar un paso más, hasta las partículas subatómicas. Y luego, ¿Qué? ¿Taquiones? ¿Nada? Claro que no. Todo el universo desmiente la nada, sugerir una conclusión a las cosas es una imposibilidad.

Si calleras hacia el exterior, hacia el límite del universo, ¿encontrarías una cerca y carteles que indicaran CALLEJON SIN SALIDA? No. Quizás encontraras algo duro y redondeado, como el polluelo debe de ver el huevo desde el interior. Y si quebraras esa cascara, ¿Qué gigantesca y torrencial luz brillaría a través de tu agujero en el límite del espacio? ¿Atisbarías acaso por él y descubrirías que todo nuestro universo no es sino un parte de un átomo de una hoja de hierba? ¿Te verías quizás obligado a pensar que al prender fuego a una ramita estas incinerando una eternidad de eternidades? ¿Qué la existencia no se yergue hacia un infinito, sino hacia una infinidad de ellos?

Tal vez hayas visto qué papel desempeña nuestro universo en el plan de las cosas: el de un átomo en una hoja de hierba. ¿Podría ser acaso que todo lo que percibimos, desde el virus infinitesimal hasta la remota nebulosa de la Cabeza de Caballo, este contenido en una mera hoja de hierba… que quizá solo lleva existiendo uno o dos días de un sistema temporal ajeno? ¿y si esta hoja fuese segada por la hoz? Cuando comenzara a morir, ¿se infiltraría la descomposición en nuestro propio universo y en nuestras propias vidas, volviéndolo todo amarillento, parduzco y marchito? Puede ser que eso ya allá comenzado a suceder. Decimos que el mundo ha cambiado; tal vez lo que queremos decir es que el mundo ha comenzado a secarse.


¡Piensa en cómo nos empequeñece este concepto de las cosas, pistolero! Si hay un Dios que lo contempla todo ¿administra Él acaso la justicia para una raza de mosquitos entre una infinidad de razas de mosquitos? ¿Verá su ojo como cae la golondrina, cuando la golondrina es menos que una mota de hidrógeno que flota inconexa en las profundidades del espacio? Y si en verdad lo ve...¿cuál debe ser la naturaleza de un Dios tal? ¿Dónde vive? ¿Cómo es posible vivir más allá del infinito?


Imagínate las arenas del desierto de Mohaine, que cruzaste para encontrarme, e imagínate un trillón de universos, no mundos, sino universos, encapsulados en cada grano de arena de ese desierto; y dentro de cada universo, infinidad de ellos. Nos erguimos sobre esos universos desde nuestro patético punto de observación en una hoja de hierba; con un golpe de bota puedes sumir en la oscuridad un billón de billones de mundos, en una cadena que nunca podrá completarse.


El Tamaño, pistolero... El Tamaño...

Vayamos aún más lejos. Supongamos que todos los mundos, todos los universos, se reunieran en un solo nexo, una sola pilastra, una Torre. Una escala, quizás, hacia la propia Divinidad. ¿Osarías pistolero? ¿Podría ser que , por encima de toda esta realidad sin límites, existiera una Habitación...?

No osarías

No osarías.

-Alguien ha osado- replicó el pistolero.

-¿Y quién puede ser ese alguien?

-Dios- respondió el pistolero serenamente. Sus ojos relucían- Dios ha osado... ¿O acaso la habitación está vacia, vidente?

-No lo sé- Por las regulares facciones del hombre de negro cruzó una sombra de temor, blanda y oscura como una ala de un buitre- Más aún, no lo pregunto. Puede que no fuera prudente."





jueves, 14 de enero de 2010

Padres...